Cuando pienso en historias que inspiran, la de Frank Capouch (nombre artístico de Francisco Praglia) es una de las que más me atrapa. No todos los días se cruza a alguien que logra unir con tanta naturalidad dos mundos que parecen tan distintos: la medicina y el rock. Y es que este argentino de 44 años, que supo destacarse como traumatólogo infantil en prestigiosas instituciones médicas, hoy también brilla como artista, guitarrista y cantante, bajo el sello de Universal Music Argentina.

Su historia empieza en la adolescencia, cuando formaba parte de la banda Soy Cuyano, con la que ganó los Torneos Juveniles Bonaerenses en 1998 y representó al país en Italia. Ese viaje fue un antes y un después: mientras sus compañeros seguían en la música, él eligió la medicina. Estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, se recibió con honores y fue premiado con el Dr. Joaquín V. González por su excelencia académica. Su vocación lo llevó a trabajar en hospitales de referencia como el Ricardo Gutiérrez y el Posadas, y a fundar Osteokids, centro especializado en ortopedia infantil.

Pero la música nunca lo abandonó. Años más tarde, retomó la guitarra, volvió a componer y se subió a escenarios emblemáticos del rock argentino. Fue producido por nombres fuertes como Jorge “Corcho” Rodríguez y Vitico (de Riff). En 2024 decidió dar un paso más grande y nació su proyecto solista bajo el nombre Frank Capouch, con el respaldo de Universal Music. Su primer disco, Volumen I, trae canciones intensas como “¿Adónde vas, nena?”, y hasta tiene un track que se convirtió en cortina del programa “Mucho más que ver” en La Nación+.

Lo que viene promete aún más: ya trabaja en su segundo álbum, Volumen II, donde habrá colaboraciones especiales como “She Flies” junto a Flor Ciarlo y “Canción de los fantasmas”. Y lo más emocionante: después de más de veinte años, vuelve a tocar con su amigo de la infancia y ex compañero de banda, Pepe Curioni, hoy productor en España. Juntos lanzarán “Ella baila sola”, un tema que apunta a ser un verdadero hit internacional.

La historia de Frank Capouch es una prueba viviente de que las pasiones nunca mueren, solo esperan el momento justo para renacer. Hoy reparte su tiempo entre consultorios, estudios de grabación y escenarios, demostrando que la música también puede sanar. Porque a veces, como dice él, el rock también cura.

📲 Podés seguirlo en Instagram: @franciscopraglia